lunes, 23 de abril de 2012

A estación nueva, estación demolida

La instalación provisional de Renfe en Logroño desaparece, cumplida ya la función para la que fue levantada: servir de puente entre la vieja estación ubicada en la plaza de Europa y la actual, que se levanta un poco más allá, ganando terreno al espacio que daba entrada al barrio de Cascajos.
Su desaparición empezó a concretarse hace unas semanas, con un derribo casi pieza por pieza, muy controlado, que protagonizaba sobre todo el interior de la estación en aquellos primeros pasos; progresivamente, las obras de demolición han ido avanzando. Desde hace unos días ya puede verse prácticamente liquidada, con apenas su esqueleto visible a quien circule por la zona.
Así sucedía ayer por la tarde: los operarios encargados del derribo iban acometiendo los trabajos finales de liquidación, que pondrá fin a una estación de vida tan efímera que apenas ha dejado un hueco el corazón de los logroñeses.
Se abrió el 30 de abril del 2011 y el 17 de diciembre de ese mismo año, con la apertura de la primera fase de las obras del soterramiento y la puesta en funcionamiento de la flamante nueva estación, se despidió sin hacer ruido, de manera tan sigilosa como ahora dice adiós definitivamente. Apenas estuvo un año en pie pero en su sepultura lucirá para siempre un epitafio incontestable: fue la tercera estación de tren de Logroño. Descanse en paz
Fuente:Diario La Rioja

lunes, 16 de abril de 2012

Queda inagurado...

Hoy día 16 se han colocado las placas con el nombre de la plaza situada paralela a Tirso de Molina que hasta ahora no tenia nombre oficial.Desde hoy ya tiene su nombre con sus placas recién estrenadas.
Se llamara Plaza Calderón de la Barca siguiendo así la tradición de nombres de las calles de escritores que hay alrededor de ella.

martes, 10 de abril de 2012

El día más esperado por todos

Como para frotarse los ojos... no una ni dos, sino hasta tres veces, todo depende del grado de incredulidad de cada cual. «Lo veo...», empieza Carlos. «...Y no lo creo», termina Paco. Lobete y Cascajos celebran ya lo que mañana a partir de las 7 horas será oficialmente la apertura del enlace Lope Toledo-Juan Boscán o, en otras palabras, la conexión, ahora sí definitiva, entre los dos barrios logroñeses que durante décadas han vivido uno frente al otro, si bien separados por la otrora barrera ferroviaria.
Tan cerca, pero... tan lejos. La pasarela provisional y el túnel subterráneo son pasado y poder cruzar a pie el centenar de metros que separan la avenida de Lobete y la calle Marqués de Larios (o Juan Boscán o Piquete si lo prefieren) es el futuro. Y ya está aquí. «Se ha hecho esperar, pero ya ha llegado», sentencia Carlos Martínez, presidente de la asociación de vecinos Lobete. Junto a Carlos se presenta Francisco Arriscado, 'Paco' para los amigos, secretario de la asociación de vecinos Cascajos, y también expectante por el resultado.
Y es que, si bien tanto el uno como el otro reconocen que la puesta en servicio de la que será la primera calle 'sobre vías' es todo un hito, no solo para el soterramiento en sí sino también para la vida de quienes habitan a uno y otro lado de la nueva estación, especialmente para los de la zona Sur, de momento entienden que los beneficiados serán los peatones y no los conductores, como se podía pensar.
De momento, explican ambos, «salir de Cascajos a Lobete por Juan Boscán te obligará a girar a la derecha y poner rumbo hasta a la rotonda del Seminario pues continuar en línea recta hacia Lope Toledo será dirección prohibida». Al contrario, sí que desde avenida de Lobete se podrá acceder por el nuevo enlace hasta Cascajos sin más rodeos que ese centenar de metros ya asfaltados y correctamente señalizados. Sin embargo, por muchas cábalas que se hagan, aún se está a la espera de cómo quedará reordenado el tráfico en la zona.
¿Y qué hay de las aceras? «Pues teniendo en cuenta que aún falta una calle paralela a Marqués de Larios, la Miguel Delibes que va desde Piquete hasta Vara de Rey, supongo que no serán las definitivas», tratan de explicarse mutuamente a fin de hacerse una idea y hacérsela entender al periodista. Y es que la zona, aún en obras, todavía dista de su aspecto definitivo. «Espérate a ver el área ajardinada que baja de lo alto del edificio de la estación», acierta a decir Arriscado. Martínez asiente con la cabeza.
Ambos, al igual que el resto de vecinos, miran con curiosidad la marcha de los trabajos..., a contrarreloj pese a la lluvia. «Las cosas van...», recuerdan echando la vista atrás haciendo un repaso general a todo lo ocurrido en torno a la integración. Ahora sí, Carlos y Paco se dan la mano. Sin barreras.