l barrio de Piqueras y el área más oriental del de Cascajos cuentan desde la semana pasada con un acceso a avenida de Lobete a través de Tirso de Molina. A través de una sencilla modificación en el viario de esta última calle que ha consistido en dar doble sentido al tramo más cercano al ferrocarril, los vecinos de la zona pueden salir directamente a la rotonda situada junto a lo que fue Mermeladas Eva, como también es conocido el enclave.
La maniobra, imposible hasta ahora, ha sido ideada por el Ayuntamiento para ahorrar grandes rodeos a los residentes del entorno que hasta hace unos días no tenían más remedio que internarse en Cascajos o salir a la circunvalación para dirigirse hacia el centro urbano. «En sentido este-oeste la circulación en la zona está resuelta, pero no existe en sentido norte-sur hasta que no concluyan las obras del soterramiento, de manera que hemos pensado que el cambio en Tirso de Molina es una buena solución», explica el concejal logroñés de Movilidad, Ángel Sáinz Yangüela.
Tras la modificación introducida, para acceder desde el barrio de Piqueras a la nueva salida abierta hacia Lobete, los conductores deben internarse por Baltasar Gracián desde la rotonda de la gasolinera y continuar por Quevedo para tomar finalmente Tirso de Molina. El acceso desde la calle Piqueras a esta última está prohibido, solución que hubiera sido más idónea a priori pero que «entraña mayores riesgos porque se hubiera creado un giro a la izquierda peligroso», detalla Sáinz Yangüela.
Por otro lado, el cambio introducido ha supuesto también la aparición de un 'Stop' en la confluencia de Tirso de Molina con los viales que unen Lobete con la circunvalación y de un nuevo paso de peatones.
Que esta solución 'de urgencia' en el tráfico de la zona sea permanente o no dependerá -explica Sáinz Yangüela- de cómo fluyan los tráficos cuando se unan las calles Eliseo Pinedo (en Lobete) con Pedregales (en Cascajos), conexión que podría estar lista para el mes de marzo próximo. Además de este eje, la operación del soterramiento creará otros entre Cascajos y Lobete, como el que unirá avenida de Colón con Gustavo Adolfo Bécquer o el de Juan Boscán con avenida de Lobete.
Otra rotonda, en previsión
También pendiente de ver cómo evoluciona la circulación una vez enlazadas las calles del soterramiento y a la espera de que haya mayores disponibilidades presupuestarias está una futura glorieta entre la actual de Lobete y el barrio de Piqueras que articularía todos los tráficos en este punto (los de entrada y salida a la circunvalación y los de acceso a Lobete y Piqueras).
La actuación, que ha sido estudiada ya por los técnicos municipales, requeriría ensanchar el tablero del actual puente sobre el ferrocarril y el beneplácito de Demarcación de Carreteras del Estado en La Rioja, de quien dependen los accesos a la ronda logroñesa que quedarían afectados.
Fuente:Diario La Rioja
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